Larvario: (larvarium) habitáculo formado por la larva para protegerse o aquietarse.
Larva: ( larva ) fantasma, máscara, espíritu, espectro. . .
En el antiguo imaginario romano, las larvae eran espectros vengativos de muertos con violencia, peligrosas y voraces por la sangre que extraían, y que hacía su aspecto cambiante de esqueletos de huesos limpios a distintas formas enmascaradas. En las obras de Plauto, larüa aparece como un derivado de lar (dios doméstico protector del hogar). Los lares, en plural, de origen etrusco, eran espíritus de familiares difuntos divinizados a quienes, en la cultura etrusca , en su culto a los muertos, se les vinculaba a deidades menores infernales.
El término larva fue muy utilizado en el ocultismo medieval. En biología, a partir de 1768, el naturalista Carlos Linneo comienza a reemplearlo para referirse a una etapa “enmascarada” en que el animal tiene apariencia totalmente distinta a la del estado adulto en que ha de transformarse.
Hoy la definición de larva es la de “animal en estado de desarrollo, cuando ha abandonado las cubiertas del huevo y es capaz de nutrirse por sí mismo, pero aún no ha adquirido la forma y la organización propia de los adultos de su especie”. Pero aún se conserva, como segunda acepción la de: “fantasma, espectro, duende”.
En una miasis controlada las larvas se alimentan sólo del tejido muerto, evitando el tejido sano, estimulando además la cicatrización. En la sociedad Maya se empleaban paños que previamente se habían humedecido en sangre de animales, se ponían a secar al sol para que se poblaran de larvas y, se colocaban sobre las heridas para que curaran. Si la miasis no se controla, las larvas pueden migrar posteriormente a diferentes tejidos y órganos a nivel auditivo y oftálmico.