Viajero asiduo y devorador de experiencias, Carlos ha escrito en la meseta castellana, en las cantinas mexicanas y en las calles de Vallecas durante más de cuatro décadas.
A lo largo de los cinco libros que ha publicado explora la postura de lo humano frente a lo desconocido y lo propio; a veces como gigante, otras como víctima y en esta, su sexta obra publicada, permite que los poemas incuben larvas y revienten las costuras de las palabras para dar a luz brillantes criaturas voladoras, como el germen de la palabra que infecta cualquier organismo.